Científicamente, el plasma es un descubrimiento relativamente reciente, como la lámpara de plasma típica, que pueden ver en la imagen de la izquierda, pero realmente este no es el tema del presente artículo.
En realidad, el plasma que tiene los días contados es el que se utiliza en la tecnología de los televisores.
Al principio las teles de plasma se convirtieron en un gran producto. La calidad de imagen y el contraste que ofrecían era ligeramente mejor que las teles de rayos catódicos ocupando muchísimo menos volumen que estas. También permitía disponer paneles de visionado de gran superficie, que podían llegar hasta las 50 pulgadas.
La llegada y mejor a de la tecnología LCD y TFT ha relegado a las pantallas de plasma a un segundo lugar, igualando sus prestaciones. Según las estadísticas, además, los plasmas tienen un período de vida útil inferior a todos sus competidores, tendiendo incluso a estropearse con facilidad.
Ahora, según las nuevas normativas europeas sobre consumo energético de aparatos domésticos, los televisores de plasma sobrepasan los niveles de potencia absorbida establecidos. Éstos dispositivos consumen más energía incluso que los antiguos televisores de tubo de rayos catódicos. Aunque algunos fabricantes hayan conseguido lanzar plasmas de tipo ecofriendly, ésta tecnología está condenada a la desaparición.
El futuro es la Tecnología OLED. Ésta forma de fabricar pantallas de visualización revolucionaria hace uso de materiales orgánicos, con los que se puede conseguir resultados tan buenos como los de las televisiones de plasma utilizando mucha menos energía. Además, los futuros televisores realizados mediante éste avance cumplirán perfectamente con las directivas RoHS y RAEE sobre reciclaje.
"Hace pocos años tener un televisor de plasma en el hogar era sinónimo de opulencia y lujo. Ahora, en tiempos de crisis y compromiso ecológico, es sinónimo de derroche."Fuente: Diario de Mallorca





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